Steve te reta |
Como geek e informático veterano disfruté con la sucesión de capítulos donde Isaacson desglosaba las diferentes etapas de Jobs al frente de Apple, Next, o Pixar, y con la evolución de los cacharros que Steve presentaba al mercado.
En contraposición a su genialidad para generar la motivación y las sinergias necesarias para que sus equipos desarrollaran máquinas y conceptos avanzados a su tiempo, destaca el precio que se debía pagar por ser precisamente parte de esos equipos, de sus amigos, e incluso de su familia.
El autor en este sentido es bastante justo con sus lectores y muestra perfectamente las dos caras de Jobs: Por un lado, la de genio y por el otro, la de déspota cruel con todos los que le rodean, enfatizando lo que él denomina la 'distorsión de la realidad de Steve Jobs'.
Permitidme pues que desglose, de forma libre, la vida y milagros de Steve Jobs tal y cómo la cuenta Isaacson en su libro, con especial atención a su primera etapa en Apple.
ATENCIÓN: Lo que viene a partir de ahora es un spoiler, por tanto antes de empezarlo, os vuelvo a recomendar que consigáis y leáis el libro, porque puede ser una fuente inagotable de creatividad, de diversión e incluso de autoayuda.
La vida de Steve Jobs
Los inicios.
Erase una vez un lugar lejano, soleado y atravesado por fallas tectónicas llamado California. Justo había acabado la Segunda Gran Guerra cuando el lugar se convirtió en semillero de empresas tecnológicas y militares que pretendían proteger a los Estados Unidos de lo que entonces se llamó la Guerra Fría.
Un día de 1.955 nació allí un niño, hijo de dos estudiantes universitarios que no sabían que hacer con él.
Finalmente, la madre del bebé decidió darlo en adopción a una familia de abogados, pero en el último momento éstos prefirieron una niña. Así que el niño, al que llamaron Steve, fue adoptado por unas personas un poco más humildes, bajo la condición de que aseguraran que el chico fuera de mayor a la universidad.
Steve fue creciendo tranquilamente, aprendiendo de su padre adoptivo que trabajaba como mecánico en una de esas empresas tecnológicas del lugar.
Cuando llegó al instituto, conoció a alguien que iba a cambiar su vida: Steve Wozniak. Este era un muchacho algo mayor que él, al que se le daba muy bien construir circuitos integrados y aparatos electrónicos pero que no tenía mucha vida social.
Jobs y Woz: menuda pinta de frikis. |
Eran principios de los años 70, y el estilo de vida hippy y el impacto por la guerra de Vietnam todavía impregnaban el espíritu californiano. Steve conoció entonces a una chica llamaba Chrisann que jugaría un importante rol en próximos acontecimientos de su vida. Se hizo vegano, y no se duchaba demasiado ya que argumentaba que esa dieta eliminaba el sudor de las personas. Experimentó con el LSD, el ácido y otras substancias.
Asistió a clases en la universidad, pero los horarios estrictos y el contenido de las asignaturas no le convencían y acabó por dejar los estudios. Para ganar algo de dinero, trabajó en una plantación recogiendo manzanas.
Al volver ese verano a casa, Jobs encontró trabajo en Atari. Era un buen trabajador pero su extraña personalidad y sus hábitos higiénicos hicieron que le aconsejaran trabajar durante el turno de noche. Además empezaba ya a dividir a las personas en dos clases: las que le interesaban (pocas) y el resto, que según él, "eran una mierda".
Un buen día, el inquieto Steve decidió dejarlo todo y hacer un viaje iniciático a la India, para encontrarse a sí mismo e impregnarse del espíritu budista y zen que ya merodeaba por su vida, y que luego se reflejaría en el diseño de sus productos.
Una vez de vuelta a casa, los dos Steve, Jobs y Woz, invirtieron horas y horas durante el verano en el garaje de los Jobs hasta que construyeron una rudimentaria placa base de circuitos integrados que Woz quería ofrecer gratuitamente a sus colegas.
Pero Jobs se cerró en banda: Si ellos habían invertido tantas horas en su invento, era absurdo ofrecerlo como regalo sin coste a otros frikis; estaba seguro de que mucha gente querría pagar por esa especie de calculadora avanzada, e insistió hasta convencer a Woz que se merecían algo más que la gratitud de sus colegas.
Woz imaginó entonces esa placa base integrada a un teclado y con conexión a TV. Había nacido el Apple I, la leyenda de Jobs empezaba.
Apple I: Muy bonito no era... |
Los inicios fueron duros, los dos amigos no tenían mucho dinero y tuvieron que pedirlo prestado. Montaban los ordenadores de forma manual en el garaje de los Jobs y los ofrecían en ferias, eventos y directamente a particulares.
El Apple II.
Jobs había decidido que la estética era parte importante de los productos tecnológicos, por lo que decidió que el siguiente Apple tuviera una bonita carcasa estandarizada, manteniendo todo el producto integrado, incluyendo el teclado. Las bases del Apple II estaban establecidas:
¿No os recuerda a un Commodore 64 alargado? |
Para su realización, Jobs y Woz buscaron un socio capitalista, Mike Markkula, que ideó los valores que debían regir la nueva empresa:
1.- Empatía con el cliente.
2.- Concentración en lo importante, descartar lo irrelevante.
3.- El producto debe ser atractivo para el gran público.
35 años después, los 3 puntos siguen completamente vigentes en la filosofía de Apple.
A su vez, Markkula tuvo claro que los dos Steve no estaban preparados para dirigir la empresa, y que él, ya millonario, no quería dedicarle las 24 horas del día, por lo que contrató como presidente a un ejecutivo llamado Mike Scott para controlar la compañía y lo que es más importante, al díscolo Jobs, cuyo humor subía y bajaba como una montaña rusa dependiendo del día, y frecuentemente lo pagaba con sus compañeros en la empresa y con sus -ya más bien pocos- amigos.
El nuevo producto fue un éxito de ventas. Jobs y Wozniak ganaban mucho dinero, la vida parecía sonreírles. Pero Jobs dejó embarazada a Chrisann, a la que mostró su cara más egoísta al abandonarla con su bebé, tal y cómo le había pasado a él.
El interfaz gráfico de Xerox.
Apple Computer fue evolucionando hasta consolidarse totalmente como una gran empresa de tecnología, con diferentes proyectos en paralelo, algunos de los cuales totalmente ajenos a Jobs.
Hasta ese momento, los ordenadores del mercado se gestionaban todos mediante órdenes desde la línea de comandos, pero Jobs quería dar un paso más y dotar a su próxima creación de una interfaz gráfica, aunque en Apple no eran especialistas en este tipo de soluciones y el presidente veía con recelo el exceso de recursos que se deberían dedicar.
Por lo que Jobs tomó el camino de en medio, y decidió copiar los conceptos que había presenciado durante una demostración en el Xerox Parc, el semillero de ideas de Xerox.
Así, nació el Apple Macintosh, realmente el primer ordenador de masas, con teclado, monitor e incluso un rudimentario ratón.
La controversia surgió desde Xerox cuando comprobaron que la interfaz gráfica del Macintosh era exactamente igual a la que ellos habían mostrado a Jobs. Éste se limitó a replicarles que se parecía pero que ellos no sabían que hacer con semejante tecnología.
Cuando la Microsoft de Bill Gates lanzó al mercado su Windows 3.0 con interface gráfico, Jobs no fue tan condescendiente y montó en cólera. De nuevo, su famosa 'distorsión de la realidad', aunque Apple y Microsoft siguieron (y siguen) colaborando.
Con la salida a bolsa de Apple, sus ejecutivos, entre ellos Wozniak y Jobs, se conviertieron en millonarios. A pesar de ello, Jobs vivía sin lujos en una casa grande pero virtualmente sin muebles, ya que buscaba la perfección y prefería no comprar nada que no le convenciera al 100%.
La campaña de publicidad que Steve preparó para el Macintosh fue simplemente brutal, destacando el anuncio que se pudo ver en la Superbowl de 1.984, inspirado en la novela "1984" de George Orwell:
El Mac había llegado para salvar a la humanidad. La modestia no era inherente a Jobs.
John Sculley: El hombre que echó a Jobs de Apple.
Sculley era presidente de Pepsi Cola en 1.983, y con su campaña "El desafío Pepsi" había logrado ser uno de los ejecutivos más reconocidos del momento.
Jobs cortejó a Sculley cual pretendiente enamorado para que presidiera Apple y le sirviera como modelo y mentor para el momento en que él estuviera totalmente preparado para ser presidente de su empresa. La pregunta definitiva fue cuando Jobs planteó a Sculley:
"¿Quieres pasarte el resto de tu vida vendiendo agua con azúcar, o quieres una oportunidad para cambiar el mundo?"
Desde ese punto de vista, la respuesta de Sculley tenía que ser positiva, como así fue.
En un principio, ambos vivieron una especie de luna de miel en Apple, pero las cosas empezaron a torcerse casi de inmediato. Steve Jobs estaba situado en un pedestal, y seguía siendo una persona difícil de tratar y poco afable. Aunque él sostenía que simplemente era tremendamente honesto y que la verdad, a veces, duele.
Después de una serie de desavenencias en el modo de gestionar la empresa, Sculley decidió prescindir de Jobs en la primavera de 1.985. Wozniak ya había abandonado el barco hacía algún tiempo.
Sculley tampoco duró demasiado más como presidente de Apple. Se iniciaba una gris y anodina era para la compañía.
Next y Pixar.
Con 30 años, Jobs se había convertido en un parado millonario, y no tardó en crear una empresa que pretendía desarrollar un potente ordenador para universidades: NEXT.
La empresa fue un completo fracaso pero permitió a Jobs desarrollar conceptos que ampliaría más tarde con gran éxito.
En contraposición, Jobs acertó cuando decidió participar en Pixar, otrora departamento de informática de los estudios de George Lucas. Cuenta Larry Ellison, presidente de Oracle, que su amigo Jobs le hizo ver en interminables ocasiones las pruebas de Toy Story, primera de la larga saga de películas de éxito de Pixar.
Durante esos años fuera de Apple, Steve conoció a quien iba a ser su esposa: Laurene Powell, con quien finalmente se casó en 1.991. Y finalmente reconoció a su hija Lisa, fruto de su relación con Chrisann.
El hijo pródigo vuelve a casa.
En 1.996 la cuota de mercado de Apple había descendido desde el 16% hasta el 4%. Su presidente era entonces Gil Amelio y Jobs había contactado con él para intentar volver a su casa.
Después de diversos tira y aflojas, a finales de 1.996, Jobs consiguió volver a Apple como consejero, cobrando inicialmente como sueldo 1 dólar. Al conseguir el renacimiento de la compañía, Steve no fué tan magnánimo y el comité de dirección se vió obligado a acceder a sus elevadas peticiones.
El hijo pródigo había vuelto, para quedarse para siempre.
iMac, iPod, iPhone, iPad.
De nuevo en su empresa, Steve se rodeó de gente valiosa, especialmente el diseñador Jony Ive, que iba a ser clave en los próximos diseños de Apple. El primer producto fue el iMac, un ordenador que integraba todos los componentes en el monitor, cubierto por una carcasa semitransparente de colores verdosos, anaranjados o azulados.
Y así inició una actividad frenética con el desarrollo de más productos tecnológicos completamente ligados a la experiencia de usuario.
Jobs transformó la industria de la música en un proceso que todavía no ha concluído, y proporcionó al gran público la -por ahora- máquina suprema de entretenimiento y conectividad: el iPad.
El siguiente paso, que Jobs desafortunadamente ya no podrá ver, es la transformación de la enseñanza y de la literatura, con sus aplicaciones de formación y compra de libros, respectivamente.
Por fin, la universidad.
Finalmente, os presento en dos partes el que muchos consideran el discurso resumen de su vida y milagros, el que ofreció a los estudiantes de Stanford en la ceremonia de Graduación de 2005.
Steve Jobs. 1955-2011.
Steve Jobs falleció en su casa el 5 de octubre de 2.011, a consecuencia de un cáncer de páncreas que le había sido diagnosticado en 2.004.
Jobs mantuvo su actividad al frente de Apple hasta casi el final, y su persona se fue, pero su espíritu queda, con todos los claroscuros que se le pueden achacar a alguien excesivamente honesto, tremendamente perfeccionista y con evidente falta de empatía con el resto del mundo, pero genial en su papel como generador de tendencias en lo que a productos tecnológicos se refiere.
Ahora está por ver si sus sucesores al frente de Apple serán capaces de continuar con el éxito y el legado que Jobs les deja en herencia.
Aquí un fanboy que no se ofende :-) Tengo claro que era un cretino, pero tuvimos la suerte de no sufrirle personalmente, así que sólo queda el genio que nos hizo la vida más facil. Buen artículo de un gran libro.
ResponderEliminar@eliott_ceb
Gracias Eliott, el mérito es del biógrafo y evidentemente del mismo Steve. Me pregunto que nos podría haber seguido ofreciendo de no ser por su prematura muerte. Espero que los chicos de Apple sepan mantener el espíritu
ResponderEliminar(Un converso)
Saludos.